Cómo limpiar y cuidar su compresión

Ahora que tiene sus calcetines o prendas de compresión, querrá asegurarse de cuidarlos adecuadamente. La compresión está hecha con fibras delicadas que requieren cuidados y técnicas de limpieza especiales. Si no se cuidan adecuadamente, pueden desgastarse más rápido, estirarse y perder sus beneficios de compresión graduada adecuados. Limpiar y cuidar adecuadamente las compresiones ayudará a que duren más y funcionen de manera efectiva. 

Antes de lavar o usar, asegúrese de leer las instrucciones del paquete. Cada calcetín o prenda de compresión es diferente y puede tener diferentes instrucciones de lavado y cuidado. Asegúrese de seguir las instrucciones del paquete para cada par específico. Algunas prendas de compresión se pueden lavar en la máquina, mientras que los pares más delicados se deben lavar a mano. Utilice siempre un detergente suave libre de lejía, cloro y colorantes. No utilice suavizante de telas en sus calcetines de compresión. Los suavizantes de telas pueden formar una película invisible donde pueden crecer las bacterias. Si sus calcetines o prendas se pueden lavar a máquina, también puede usar una bolsa de lavandería para ayudar a protegerlos mientras están en la lavadora. 

Algunos calcetines de compresión deberán lavarse a mano. Sin embargo, siempre puedes lavar a mano toda la compresión para ser más suave y proteger mejor las fibras. Esto les ayudará a durar más y funcionar mejor. 

Las siguientes instrucciones son excelentes pautas y prácticas generales para limpiar y cuidar su compresión.

Cómo limpiar la compresión

 

  1. Llena un fregadero con agua tibia
  2. Vierta su detergente suave y agite el agua para mezclar adecuadamente el detergente. 
  3. Agregue la compresa al fregadero y sumérjala en agua tibia y jabón.
  4. Frote suavemente la compresión con los dedos y las manos para limpiarla. Frotar o estirar agresivamente las prendas puede arruinar las fibras o dañar el elástico
  5. Una vez lavadas, escurre el agua y enjuaga suavemente la compresión con agua limpia y tibia. Exprímalas suavemente para eliminar el exceso de agua sin estirarlas.
  6. Coloque la compresión en una rejilla de secado o cuélguela para secarla con una percha para que se seque al aire libre.

 Una vez que estén completamente secos, ¡están listos para usarse!